El escritor criticó
los libros vacíos de contenido en una conferencia organizada en
Leioa
Sastre:
“Uno llega a dudar de que
nos estén contando una historia”
nos estén contando una historia”
Alfonso Sastre, importante escritor y dramaturgo español, ofreció una
conferencia en el Salón de Grados de Leioa ante un centenar de
estudiantes. En ella, criticó de una manera contundente como más de
una vez ha hecho, la literatura de los escritores y ensayistas de hoy
día. Sastre, atribuyó el término 'prosistas' a aquellos escritores
españoles y latinoamericanos que fabrican literatura en la que
escasea el contenido y hay un gran exceso de las formas.
Alfonso Sastre, famoso
escritor y dramaturgo, aseguró ayer en una conferencia organizada
por el departamento de Periodismo en el Salón de Grados del campus
de Leioa, que a su juicio, los textos literarios no por tener un gran
éxito tienen que tener un gran contenido, pueden tener unas formas
muy hermosas pero estar completamente vacíos.
La verdadera literatura
debe transmitir una idea al lector, no como la literatura que nos han
estado vendiendo los 'prosistas' en estos últimos años, que “al
final, casi lo que más se puede decir de ellos es que escriben muy
bien”, apuntó Sastre ante más de un centenar de estudiantes de
periodismo.
El escritor, que no es
la primera vez que trata este tema, aseguró que el ensayo es “un
género en el que se ha expresado poco pensamiento y se ha hecho
mucha mala literatura”. “No dice nada, pero qué bien lo dice; no
cuenta nada, pero qué bien lo escribe”, ironizó al referirse a
los textos de algunos escritores del área latinoamericana y
española, a quienes él atribuye el termino 'prosistas'; y añadió
que la mala literatura es aquella “que no cumple la función de
transmitir de cuento, fábula, historia...”, desprestigiando en
cierta medida todos esos escritos literarios sin ideas claras.
Muchos de ellos
son “clientes fervorosos del diccionario y ayunos de ocurrencias
narrativas”
En la conferencia,
Sastre también quiso hacer hincapié en el uso que hacen muchos
escritores de esta técnica, apropiándose del término 'escritor'.
En su opinión ser 'prosista' conllevaría a “contar historias o
comunicar pensamientos exhibiendo los encantos de su escritura de
manera que uno llega a dudar de que nos estén contando una
historia”.
En este sentido,
remarcó que muchos de ellos son “clientes fervorosos del
diccionario y ayunos de ocurrencias narrativas”, recalcando otra
vez la inexistencia de contenido y de una idea clara en sus escritos.
No se puede escribir por escribir, “estoy hablando de hipertrofias
de la escritura que, en el límite, ocultan las historias que quizás
tratan de contar muy bien o el pensamiento que acaso trata de
expresarse por medio de excesivos e inadecuados”, añadió.
Para concluir habló de la prosa, a quien mostró un gran apoyo.
Según él, ésta se produce en un “nivel literario” después de
que se reproduzca un texto oral. Afirmó que “es una estructura
literaria, y que eso se evidencia cuando tratamos de transcribir un
texto hablado”, pues no es lo mismo “hablar-oír” que
“escribir-leer”.
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